Apareció el Nacional copero y se acabaron las especulaciones. Desde hace un par de años a la fecha, el tricolor le ha encontrado la vuelta a jugar como visitante en esta clase de contiendas y han sido varios los "batacazos" que ha dado en el exterior. Lo de ayer a la noche en cancha de Banfield fue una muestra más. Pero vencer en Argentina no era costumbre para el bolsilludo (de hecho solo lo había logrado una vez) y por tanto la nota se agranda para acrecentar el elogio.
Eduardo Acevedo, un estudioso del fútbol, reveló en noventa minutos que sabía pelos y señales del rival que tenía enfrente y lo maniató de tal forma que no le permitió en ninguna ocasión generar peligro real sobre el arco de Muñoz. Hubo un par de elementos claros que fueron bien diferentes a lo que había sucedido la semana pasada en el Centenario. Primero, el más importante, fue evidente que había orden de hacerle sentir la pierna fuerte a Ervitti. El pequeño y talentoso armador de Banfield sintió el rigor charrúa en los minutos iniciales y eso resultó vital. Hablando pronto y claro, se lo llevaron puesto en base a patadas y mucho diálogo. Lo sacaron del partido de entrada y allí desconectaron el principal (por no decir el único) circuito de peligro del rival. Eliminando a Ervitti de la cancha se desconectaba también al colombiano Rodríguez. Si uno no funciona, el otro no rinde. Y eso sucedió ayer en la noche.
Partido perfecto de Nacional. Se resguardó en su zona media y cuidó cada pelota como si fuera la vida. La pronta salida de Lembo presagió nubarrones en el fondo tricolor, pero curiosamente sucedió todo lo contrario. A partir de ese momento Coates sacó patente de "káiser" y se adueñó del partido. El juvenil elemento bolsilludo fue la figura de la cancha y no solamente por haber convertido el primer gol de cabeza (tiro libre de Matute), sino que nunca lo pudieron pasar. Además, quien lo acompañó la mayor parte del partido (Gonzalo Godoy) no le pesó el encuentro y se despachó con el segundo gol que brindó la tranquilidad total (peinada de Coates en el área y rebote de Regueiro).
Con ventaja lograda en tiempo y forma, lo del segundo período fue un mero trámite administrativo porque el triunfo tricolor nunca estuvo en duda. Ahora el panorama copero de Nacional cambió radicalmente. Los mira a todos los de su grupo desde arriba de la tabla y se apronta para continuar dando batalla en el torneo local. El tricolor puso las cosas en orden en Argentina y ahora está tranquilo.
Coates: "Era una victoria fundamental"
Además de haber anotado el primer gol de los tricolores, Sebastián Coates fue una muralla inexpugnable para los delanteros de Banfield. La tempranera salida de Lembo en los tricolores hizo que el juvenil albo tomara la posta de caudillo y el mote no le quedó para nada grande. Fue la figura del partido y al término del mismo dijo: "Todo el equipo se merece esta victoria por los momentos difíciles que pasamos y por suerte pudimos salir adelante. Es una victoria fundamental, pero esto no termina acá". Sobre su conquista dijo: "En Montevideo tuve una que pegó en el palo y después fue gol pero me había quedado con ganas". El zaguero tampoco se olvidó de las críticas de los últimos tiempos: "Algunos periodistas decían que la defensa de Nacional era mala. Se demostró que no tenían razón. Ni muy buenos, ni muy malos. Hay que saber diferenciar”.
Clima tenso con varias agresiones
Lamentablemente no todo fue alegría en tierras argentinas porque una serie de incidentes se sucedieron a lo largo de la jornada.
Antes del partido la hinchada tricolor tuvo inconvenientes cuando estaba llegando al estadio de Banfield por la reacción que tuvieron algunos automovilistas. Los hinchas habían cortado la calle por donde transitaban y eso molestó a varios.
Durante el partido también pasaron hechos lamentables. El peor fue en los minutos finales cuando rompieron el vidrio del palco donde se encontraban los dirigentes de Nacional y el jugador Matías Cabrera. Volaron algunas piñas en ese momento y la seguridad del estadio tardó en reaccionar.
Al término del partido varios hinchas de Banfield fueron hacia el vestuario de Nacional para provocar desórdenes de todo tipo. Allí agredieron a los hinchas que se acercaban a la zona y se produjeron saqueos de indumentaria y banderas. La Policía tardó en aparecer y por tanto se vivieron momentos tensos tras el cotejo.
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