Jorge Savia
La atracción, como es lógico, estaba en el debut de Nacional en la 50a. Edición de la Copa Santander Libertadores, claro. Por más que hace años que los equipos Uruguayos no llegan a las instancias definitorias de la máxima competencia a nivel de clubes del fútbol sudamericano, el mandato de la historia, quizá, o también la nostalgia, hace que siempre este tipo de arranques, como el de los tricolores ayer de tarde, se vea rodeado de cierta ilusión, de una -al menos mínima- cuota de esperanza. Con ese marco, pues, hubo referencias individuales sobre las cuales centrar las miradas: los debuts oficiales del arquero Rodrigo Muñoz, el lateral izquierdo Federico Domínguez y el delantero Marcos Mondaini. Todo de una: era cuestión de darles la bienvenida y después de los 94` que se disputaron, preguntar y responder cómo jugaron.
7 Muñoz | Fue un pariente cercano del resultado Rodrigo Muñoz tuvo un debut difícil, no por lo que hicieron los peruanos en la mayor parte del trámite, sino precisamente por lo contrario; las pocas veces que Universidad San Martín llegó con profunjdidad y peligro hasta las proximidades del arco locatario. Y ya se sabe: no es fácil para un arquero cuando es llamado a actuar solamente muy de tanto en tanto.
A los pies
En ese contexto, entonces, Muñoz no solamente no tuvo fallas, sino que en dos ocasiones tuvo intervenciones -y, a la vez, salvadas- que resultaron capitales. Una fue en el primer tiempo, cuando le metieron un pase profundo a Quinteros a espaldas de los zagueros tricolores y el arquero salió de su arco en forma resuelta y, con gran precisión y manejo del tiempo de la distancia, fue al piso, tirándose hacia un costado, y llegó a la pelota antes que consiguiera rematar el delantero peruano. Además, no dio rebote: se quedó con el balón y de inmediato se paró y salió jugando, generando un ataque de su cuadro.
Mano a mano
La segunda salvada fue cerca del final. Allende llegó solo al área tricolor de contraataque y, en este caso, Muñoz ahogó al atacante rival, le achicó el ángulo de disparo, y de esa forma evitó la caída de su arco, incluso a riesgo de su propio físico, porque al cabo de la incidencia quedó lesionado. Como faltaban pocos minutos y el partido estaba empatado, bien se puede decir que esa "cuereada" que ganó el ex arquero de Cerro tuvo muchísimo que ver con el triunfo concretado minutos más tarde.
8 Domínguez | El lateral se puso un bisturí en el zapato izquierdo Federico Domínguez no sólo fue el mejor de las tres figuras que debutaban en Nacional en el marco de la disputa de partidos oficiales sino que, incluso, resultó también uno de los jugadores que tuvo mayor -o, sencillamente, el de más- gravitación en el forzado triunfo que consiguieron los tricolores frente a los peruanos.
Precisión, sorpresa y golazo
Es cierto, regaló dos pelotas -al comienzo y al final de la segunda etapa- que pudieron terminar en goles rivales. Sin embargo, metió un golazo de pelota quieta, con soberbio chanfle al primer palo del arco contrario, fabricó una jugada de gol de taco, y todos sus pases, cambios de frente y envíos largos tuvieron la penetrante precisión de verdaderas cuchilladas. Además, arrancó desde el fondo por afuera y por adentro, y no se fue arriba por la mera circunstancia de desdoblarse; se desenganchó con sentido de la oportunidad, y llegó más con la sorpresa de su pegada, que con recorridos largos y anunciados.
5 Mondaini | El punta pareció más asistente que ejecutante Marcos Mondaini empezó bien: le cometieron el primer foul y también fue coprotagonista de la primera jugada de gol para Nacional, cuando rcibió un centro que mandó el botija desde la izquierda del ataque y tocó de primera para Medina, en el medio del área, rodeado de defensas rivales, lo que dejó libre de marcas al "Cacique", cuyo remate se fue afuera, por poco, a centímetros del segundo palo.
Mandó la penúltima
Después de esa "presentación", lo más trascendente y, por supuesto, importante, fue la precisa ejecución del corner que recogió Lodeiro para anotar el gol de la victoria con un preciso cabezazo. Si acaso, no es que el argentino haya jugado mal, sino que dejó la sensación primaria de que, para ser un punta, no parece ser un futbolista definidor, desequilibrante. Tal vez sea porque recién está "encajando", pero lo cierto es que, aún cuando mostró dinámica para aparecer por los dos flancos del ataque y manejar ambos perfiles en forma adecuada, terminó siendo siempre -o casi- el delantero del último o el penúltimo pase y no un atacante neto, de raza, que lleva en el alma la definición delanter del arco contrario. Además, erró un gol tras un gran cambio de frente largo de Domínguez y, por contrapartida, protegió bien la pelota con el cuerpo y obligó a que le cometieran varias faltas.
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